domingo, enero 15, 2006

Hechizo Azabache

Su voz siempre será una melodía inalcanzable, un as de luz cortando las nubes del invierno. Sus brazos arrebataron el sosciego de mi alma, las letras de su existencia virtieron semillas en el huerto del recuerdo secreto.

Su mirada desnuda mi razón con la ternura evocada, mezclándose con el oxígeno emancipándose desde su vientre, los diamantes que conforman sus estructuras seductoras y la calidez de su sonrisa azucarada.

Antes de golpear las puertas de su reino, el viento desparrama sus negros cabellos y sus manos vuelven a bordear las costas de mi espalda, en la burbuja que aquella noche conjuró su hechizo, desde un continente telefónico.

La ventana abierta, la silueta de su verbo florecido inundando los óceanos con la suavidad de su manantial, la trajeron como magia de su raíz. En ese espacio donde los cuerpos imaginarios se unieron en un pacto rescatado del pasado, unimos las entrañas en una oda indescriptible, suave y armoniosa como todos los campos de su reino, bendecidos por la mano delicada de su santuario San Tiago... un vuelo en éxtasis.

©2005, Amaro Silveira.
Fotos: Silveira, Rodrigo Núñez

2 comentarios:

Zorro Network dijo...

Bonito blog, me gusto harto, te seguiré leyendo.

Zorro Network dijo...

Buena prosa y muy buenas metáforas, me gusto tu blog, te sigo leyendo.
Saludos desde Concepción.