miércoles, diciembre 07, 2005

Centinela Exodiano

Las luces despliegan un as cegador en medio del escenario
Es el momento en el que los estandartes aplauden
Las gaviotas forman figuran y escriben versos entre las estrellas
Las raíces parecen establecer un yugo fértil, difícilmente opacado por el brillo.

A pocos pasos del altar, la figura de un niño que emancipa sus juegos del jardín
Vierte pequeños trozos de sabiduría en el recuerdo de los pasos surcados
Entre el peligro y las indómitas relaciones de la existencia;
La afamada burbuja, el cetro de un rey, el lugar donde todo tiene colores
Puede ser el más abominable destino si los ojos continúan plasmados en ese submundo
Que ya pasa a un extremo ajeno a nuestra impericia
Como si nos quitaran el dulce que fortalece nuestra entereza.

Pues bien. Las calles siguen en esa rutina agitada,
Los árboles siguen brotando en la primavera
Y el hielo inunda los mares, alimentándolos con el manjar de la savia
El camino debe seguir en su construcción
Y los dones, una artimañana bendita, serán obreros en pos de futuro acaudalado.

No es prudente, ahora, dejar que las luces del escenario
La gloria de la cúspide y los rombos colgados en nuestro cuello
Merme toda posibilidad de seguir creciendo y enriqueciendo el corazón
La lucha no termina aquí, la burbuja seguirá su herencia como los genes a la naturaleza
Aquella esfera de cristal revienta, hoy, mañana y siempre
Mas, la prudencia de acurrucarla en el alma y el hacer
Será el valuarte de tu espíritu campeador,
Quijotesco alfil y centinela
Nuestras manos buscan el clamor y el afecto,
Buscan conectar la gracia y el abandono en un solo canto.

Siendo compositores de nuestras fantasías, soñadores como niños
Sosegados y savios como la alta vida de nuestros progenitores
Sabrás, entenderás y encaminarás el anhelo hacía montañas masisas y empinadas
Donde el oxígeno es denso y ausente
Donde el gran Maestro tuvo la fortaleza de enfrentar su destino
Ahí donde estamos llamados a llegar y edificar conjuntos de números y letras
El presiso momento y la vida donde, con la entereza de sabernos débiles y capaces de enfrentar los retos del destino
Nos promete ser siervos honrados como en la noche del adiós al seno maternal.

Esta noche es tuya, es mía, es de nosotros
Es el alarido y es la música que baña los campos y los hace vitales
Es el éxodo y el génesis de una aventura
Difícil y amarga por momentos,
Pero el más dócil pedazo de seda en el que estamos cubiertos.
Alegre ahora y siempre, cuidando que los monticulos del senderos
No hagan de la noche una eterna pesadilla.

Dulces sueños, los ángeles sabrán guiar la luz de tu camino
Pero, no temas a tropezar y levantarte
Aquí la existencia tiene sabor canela y manzanilla
Y tiene el más adecuado desenlace: el que tú quieras desplegar
Porque siempre aplausos serán regalos en tus manos.




©2005, Amaro Silveira
Fotos: Internet

No hay comentarios.: