
Aquella distancia la hace más brillante en el firmamento, un as de luz cegador y complejo; dulce como las horas antes del estallido del fulgor deambulando en los versos del verbo.
Ante sus ojos acaudalados de miel y sus labios humedecidos por el rocío estelar, la perdición es el llamado para cruzar los valles del silencio, donde la seducción y el deseo son parte de una cosquillosa realidad secreta y dulcemente acurrucada en el cajón contiguo a los velos que cubren la soledad de mi morada.
©2005, Amaro Silveira
Foto: Silveira [Espía Difuso]
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