viernes, noviembre 25, 2005

Confuza Inocencia

Sus ojos resbalan en la pureza. Sus lágrimas dibujan jardines vírgenes, melodías de una sinfonía que vacila entre el roble de su espíritu y el frágil cristal de su corazón. Una taza de té y galletas renuevan su ánimo; sus ojos se desmembran en el legado del llanto incesante y sus brazos, pilares que sucumben ante la infancia de sus tormentos, sentada en una sala fría, se aferran al idonismo de una tertulia atónita.

Mis manos intentan alimentar la fragua de su entereza; una sábana blanca cubrió los cuerpos y un alarido seductor cayó sobre mi pecho, aferrándose al encanto de un desenlace dibujado en los versos de su dócil manantial.


©2005, Amaro Silveira
Foto: Jorge World

miércoles, noviembre 23, 2005

La estocada certera del Perro Dartagnan

Ya estaba cansado de tanto consentimiento, una verdadera exageración. Lentamente comenzaba a acumular un cierto odio y desprecio, lucubrando en su intimidad el plan perfecto para desterrar al maligno consejero del rey. "Si, si", ladraba entre dientes mientras veía que su plan se construía con una brillantes aristotélica, un calculo filosóficamente perfecto, donde nada podía ni debía fallar.

La cuarta tarde del invierno, mientras el cielo pestañeaba gotas blancas, comenzó a articular su magistral, aunque pérfido, plan. Se trataba de una emboscada, un reto con un solo ganador, un epitafio sigilosamente escrito para una sola especie. "¡Guau!, bosciferaba encantado a medida que su obra maestra comenzaba a tomar cuerpo en aquel pedazo de papiro traído desde Egipto.

En la cena de celebración de la Pascua, miles de invitados se dieron cita en el salón más bello del castillo, el epicentro de todos los bailes y fiestas brindadas por su majestad a la aristocracia del reino. Nadie podía siquiera imaginar el presente con un final distinto al ofrecido rutinariamente.

Todo mundo pensaba que Don Miau era un tipo ilustrado, una especie de gato que asistió a los mejores recintos educacionales del continente. "BlasGuaumias", decía Dartagnan. Esa noche, tuvo que asistir cubierto por trajes que despitaran la atención de su sexapiel, el que en otros tiempo fue el centro de atracción de todos los bailes hasta la llegada de su enemigo.
Como era la costumbre, en Pascua no se consumían alcoholes fuertes, solo vodka, ron, gin, pisco (chileno por supuesto, porque el pisco es chileno y no peruano), whisky y, para los que no deseaban dar jugo, Bailys.

En lo mejor de la noche, cuando todos los ojos se centraban en la pista, donde estaban Don Miau bailando con la reina, la tensión se dirigió hacia la puerta del salón, donde el as de luz de un reflector fue el único destello que iluminaba la habitación.

Tal fue la sorpresa de Don Miau, que sus patas comenzaron a tiritar y sus maullidos se volvieron cacareos de gallina asustada. Un periodista del diario local, El Reino, el más conocido, certero y sin escrúpulos, se instaló en la puerta con la última edición del vespertino.
La foto de portada, a página completa, con un título degradante y, a la vez, sorprendente, denunciaba a Don Miau como un egolatra ladrón y vividor que usurpaba la confianza del Rey.

El periodista era Ratónde Colapelada, famoso por descubrir y esclarecer muchos casos de este tipo. En un rincón, Dartagnan estaba sonriendo, con un ladrido burlesco; la mirada asustada de Dartagnan lo apuntó y luego.... "Gato re conch" hizo retumbar los cristales del Salón.
Días más tarde, llegó la noticia que Don Miau se dirigía a las Islas de Tomás (mítico por sus construcciones naturales en piedra y la riqueza rejuvenecedora de sus aguas), seguido por una hueste de unos 5.000 hombres armados, encabezados por el Rey. Don Miau, por supuesto, andaba a pata.

En el reino, la foto causo tal impacto que, la reina, en ausencia de su esposo, nombró consejo a Dartagnan y fue su amante hasta el regreso del Rey con la cabeza de Don Miau, cuyas últimas palabras fueron: ¡Miau!.

Fin.

©2005, Amaro Silveira
Foto: Blog Carolina Requena

martes, noviembre 22, 2005

¡Tuku Tuku Miau! [Animé Cibernético]

Nombre Original: Cyborg Kuro-chan
Traducción: Kurochan Cibernético
Número de episodios: 100+
Director: Nobuhiro Takamoto
Manga: Naoki Yokouchi



Un par de años pasaron desde la última edición de esta serie animada que alimentaba la imaginación de cientos de niños – y otros no tan chicos – que frecuentaban la programación del Club de los Tigritos de Chilevisión.

A las 16:00 horas era sagrado ver las aventuras de Kurochan Cibernético, un gato que combinaba la acción con el histrionismo propio de cualquier dibujo animado japonés.

¿Cuál era la gracia de este minino? A primera vista, es un gato chico, negro, tuerto y que da la sensación de un felino gallejero, similar a los que perturban el sueño en plena noche. Sin embargo, su apariencia es un distractor importante y, a ciencia cierta, atrayente

Si bien es cierto, Kurochan es una gato como cualquiera, su apariencia cambia rotundamente en una de sus aventuras, en la que iba a visitar a su novia – Pooly, una perrita “poodle” – y es secuestrado por las manos perversas del Doctor Goh (si se fijan, el nombre se parece al de uno de los villanos de Batfink), personaje que será motivo de muchos de los dolores de cabeza de este singular héroe.

El científico convierte a Kurochan en un gato cibernético, dotado de armas – la principal es una metralleta que usa en una de sus manos – y con la capacidad de hablar, lo que parece ser una virtud, pero, a la larga, es una desventaja, pues los humanos se podían escandalizar al ver un minino robot parlanchín deambulando por ahí.

Las intrépidas aventuras de Kurochan se comienzan a develar a partir de su separación del Doctor Goh, a quien comienza a desobedecer después de quitarse el chip de control localizado en su oreja. Al escapar, comienza el dilema de su apariencia, por lo que no ve otra solución – bastante graciosa por lo demás – que ocupar un disfraz. ¿Y dónde lo consigue? Le roba su corteza a un gato de peluche, utilizando el forro como disfraz.

Así, su vida comienza a transcurrir en busca de un hogar, llegando a ser adoptado por una pareja de ancianos (los típicos abuelitos de dibujos animados japoneses, que son el pan de la carcajada por las simpleza de su visión de mundo). He aquí el meollo del asunto, ya que, además de luchar contra la persecusión del Doctor Goh, se le agrega una nueva misión o problema: debe proteger a sus amos de todos los delincuentes que asechan su casa, sufriendo lesiones y fatigas cumpliendo su labor ya que aún no es un cyborg.

Cada capítulo es una conjunción de situaciones que mantienen la atención y, a la vez, te divierten, transformándote en un adicto a las aventuras de este gato cibernético (de echo, me compre una figurita de Kurichan). Hay ciertos modismos o circunstancias que pueden ser muy propias del folclor japonés (como toda creación), pero eso no es un impedimento para gozar de sus peripecias.

El afán del Doctor Goh por capturar a Kurochan, lo llevan a crear a un nuevo gato cibernético (o cyborg), llamado Mikun que, por supuesto, tiene más armas y capacidades que Kurochan.

En resumen, es una de las creaciones más divertidas del animé japonés. Logra congregar a grandes y chicos entorno a las aventuras que se suceden en cada capítulo de este gato cibernético, donde se conjugan las situaciones graciosas con la acción de persecusiones y peleas, las que tienen un condimento especial que logra mantener la atención del espectador, a tal punto, incluso, que es necesario saber que pasará en el siguiente capítulo.

En la televisión abierta ya no lo exiben. Me imagino que deben haber capítulos repartidos por Internet o películas en algún club de video. Si tienen oportunidad de conocerlo, no pierdan la fe que conseguirán un momento de grata diversión y distracción.

..:: Bonus Track ::..
Personajes de las Aventuras de Kurochan Cibernético

Kuro-chan
El gato cibernético. De muy mal caracter y belicoso. Únicamente se porta bien con los abuelos, a quienes siempre protege. Kuro-chan, no siempre fué cibernético, de hecho era un gatito normal, salvo en su ferocidad y afan de proteger tanto a los abuelos como a sus bienes. Este poderoso personaje tiene todo un arsenal almacenado en su pecho (entre ellos una ametralladora gatlin y un espada) el cual no duda en usar.



Los abuelos
Los dueños de la casa donde vive Kuro-chan. Estos amables ancianitos jamás se enteran de nada, ignoran totalmente el hecho que Kuro-chan es un cibernético (robot)

Dr. Goh
El creador de casi todos los cibernéticos que aparecen y otros inventos que aparecen en la serie. Mantiene una extraña relación de amistad / odio con Kuro-chan.

Mikun
Otro gato cibernético, creado por el Dr. Goh. Fue creado, básicamente, para destruir a Kuro-chan. Tiene la extraña capacidad de 'unirse' a cualquier desecho metálico o maquinaria, agregando de este modo características adicionales a él.

Ichiro Susuki
Un profesor de escuela, seguidor y admirador de Kuro-chan. Lo llama maestro, a Kuro-chan, y desea aprender todo de él.

Nana
Una robot-lampara, novia de Kuro-chan. Creado por el Dr. Goh como compañera de Kuro-chan, claro está, esta idea no le agradó para nada. La pobre Nana hace esfuerzos increibles para ocupar un puesto en el corazón de Kuro-chan, sin aceptar el rechazo.

Romeo y Julieta
Dos robot-poste que estan enamorados. Viven en un constante idilio, casi al margen de todo lo que pasa.

Kotaro
Un joven genio obsecionado con Kuro-chan. Tan grande es su obseción, que se disfraza como un gato (y aunque no tiene ningún parecido con Kuro-chan... todos los confunden). Al comienzo quería demostrar que era tan poderoso como Kuro-chan.

Megumi
Una bombero, es el amor secreto de Susuki.

Matatabi
Un gato de verdad, que fue compañero de infancia de Kuro-chan. Luego comienza a culpar a Kuro-chan de todas sus desgracias... y temina siendo su enemigo. Utiliza un boomerang como arma.

Cheiko
Una niña con poderes paranormales.

Fotos: Internet

domingo, noviembre 20, 2005

Venus

Sentado en el último asiento. Su blusa dejaba una pequeña vertiente desnuda, un desliz a la imaginación. Su mirada se posó en mis ojos contemplativos y una sonrisa dibujó un arco iris que nos confundió en un desenlace desconocido. Su ritmo acalló en el paradero de mis pasos; su boca emuló palabras vertiginosas, ambientando la pasión que nos desnudaría y envolvería en una conjunción de fulgor y almíbar. Sus dientes besaron el destino de los hombres y mis manos alimentaron el ego de su verbo.

La tarde acaecía sobre nuestros cuerpos imrpovistos de todo abrigo, mas la fragua de su carne alientaba al deseo. La luz de un faro distante nos alejó y sus ojos gemián. Su piel erizada, postrada frente a mis harapos, un cuadro inolvidable que volvería a su vida en la caída de la tarde, esa vida que, desde el último asiento, encontre soñadora y hermosamente intacta como en el ocaso anterior; una nebulosa envolvente y dulcemente intrigante. Atrás de su suave velo, la sonrisa que no se apaga e invade las tierras de mi olvido.

©2005, Amaro Silveira
Foto: Internet

Piloto de Pruebas

Encontré algunas cartas del pasado. Historias guardadas en un papel de letras blancas, un mundo donde nunca la he visto. Sus manos buscan acertijos bañados con la gracia de sus ojos perdidos entre el alba y las tinieblas; su cuerpo desconocido es una quimera, una sombra que guarda similitudes simétricasmente seductoras.

La música resbala por sus formas, aun en ausencia de los caminos que conduzcan a su silueta; una voz lejana me cuenta de sus cuentos, manteniendo la tensión de las palabras encajadas delicadamente en el génesis de la existencia que nos encadena.

El velo de la noche brilla en el tercer ojo, una guarida mística, una fantasía, un vuelo, un final inagotable, inconcluso, que no sabe aguardar su último suspiro.

Su mirada encalló en esa orilla soñadora.
©2005, Amaro Silveira
Foto: Internet

viernes, noviembre 18, 2005

Catarsis

Volví a caer en su velo siniestro. Los pliegues de su cintura rompieron la resistencia de la razón, cayendo en el abismo de sus brazos, enlazando la carne nerviosa y desorientada. Su manto de rosas cegó la voluntad, desprendió de sus pétalos la dulzura de su verbo, uniendo los cuerpos en un clímax desconocido, perfectamente delineado por la tinta del apóstol.

Como si fuese poco, sus labios forjaban caminos entre el pecho y mis muslos, escribiendo sueños acaramelados, inundados por el placer de la lluvia brotando por los poros. Su alba agraciada fue el éxtasis de una noche inacabable; la fortaleza de los prohibido se deshacía en el cansancio, mas el secreto de su mirada alimentó el diálogo corporal, encadenando versos hasta el ocaso del tercer verso del invierno.


©2005, Amaro Silveira
Foto: Kute

jueves, noviembre 10, 2005

Escapar

La miseria se apoderó de mi carne; me abrazó con su ira y su pobreza. Desvisitió mi alma, me entregó al desanimo de sentir la bajeza de mi ser. Una masa ortopédicamente viseral, sin fuerzas para resistir el choque con la realidad.

Perdido en ese bosque, caminando sin rumbo alguno, una cortina transparente y azul luminosa, abrigó la perdición del último aliento. Cosechó paz, alimentó al oxígeno y postergó mi caída vertical.

©2005, Amaro Silveira
Foto: Kaleidozkopio

viernes, noviembre 04, 2005

Suburbios [Introspección al Sueño de un Santo]

La noche asechaba y una densa neblina cubría el techo estelar. A ada paso se sumaba la tristeza de la noche; los ojos de las tinieblas parecían gatos esperando a su presa. En cada rincón se delineaban tenebrosas figuras, que, a simple vista, tornaban la calma en una desesperación agitada, agónicamente infartante.

Un silbido del viento complacía la estancia en el lado B. El frío de la persecusión se inhibía como el hielo en el albor de la primavera. Los rostros descascarados por los pecados mundanos, consumían los sueños en un espacio silencioso y olvidado.

Detrás de las sombras que profesaban las ramas de un viejo roble, la escultura angelical vestida de azabache, con alas bordadas con el oro del alba; estrellas bondadosas atrajeron la atención del lente, inmortalizando el claroscuro que su esencia iluminaba y alimentaba plácidamente a los futuros de infantes historias, uniéndome con sus cadenas al climax del pan y miel de sus lágrimas savias y piadosas entregadas sin esperar mayor recompensa que la divina santidad.

Al filo de caer en un espasmo vertiginoso, sus manos condujeron los versos hacía el principio de una vocación enigmática. No volví a soñar con su manantial bondadoso, benerado en el legado de su sonrisa cautivante, mirada seductora, retrato fiel de un ideal y del yugo de su corazón includicable en los débiles materiales.

©2005, Amaro Silveira
Foto: Internet