viernes, noviembre 25, 2005

Confuza Inocencia

Sus ojos resbalan en la pureza. Sus lágrimas dibujan jardines vírgenes, melodías de una sinfonía que vacila entre el roble de su espíritu y el frágil cristal de su corazón. Una taza de té y galletas renuevan su ánimo; sus ojos se desmembran en el legado del llanto incesante y sus brazos, pilares que sucumben ante la infancia de sus tormentos, sentada en una sala fría, se aferran al idonismo de una tertulia atónita.

Mis manos intentan alimentar la fragua de su entereza; una sábana blanca cubrió los cuerpos y un alarido seductor cayó sobre mi pecho, aferrándose al encanto de un desenlace dibujado en los versos de su dócil manantial.


©2005, Amaro Silveira
Foto: Jorge World

2 comentarios:

El Blog de los Blogs dijo...

Hola Silveira
que bonito tu post
tiene un toque melancólico y romántico
sigue así
nos leemos
Salu2

Anónimo dijo...

Me gustan sus textos, son un momento de paz entre tanta prisa. Gracias por ellos.