La miseria se apoderó de mi carne; me abrazó con su ira y su pobreza. Desvisitió mi alma, me entregó al desanimo de sentir la bajeza de mi ser. Una masa ortopédicamente viseral, sin fuerzas para resistir el choque con la realidad.
Perdido en ese bosque, caminando sin rumbo alguno, una cortina transparente y azul luminosa, abrigó la perdición del último aliento. Cosechó paz, alimentó al oxígeno y postergó mi caída vertical.
Perdido en ese bosque, caminando sin rumbo alguno, una cortina transparente y azul luminosa, abrigó la perdición del último aliento. Cosechó paz, alimentó al oxígeno y postergó mi caída vertical.
©2005, Amaro Silveira
Foto: Kaleidozkopio
3 comentarios:
Ahi veces que todos los sentimos así... en especial sobre este bosque de asfalto.. saludos semental.. y ah... ¿Como se pone la foto donde dice about me===??? porrr faaa...
C.
las celdas ceden.
ánimo
son tristes tus relatos pero muy representativos, cada ves que leo me identifico con alguno...
Publicar un comentario