miércoles, septiembre 14, 2005

Lo que el viento se llevó

La semana recién pasada culminó el plazo para inscribirse en los registros electorales. Soy uno de tantos jóvenes chilenos que no acudió a cumplir con el trámite que te transforma, automáticamente, en ciudadano de este país.

No puedo criticar a mis congéneres que sí están inscritos y menos a los que hace poco tiempo tomaron tal decisión, como ellos tampoco pueden juzgar mi opción de mantener este silencio y alejamiento de la cultura del sufragio popular. Y es simple entenderlo, desde mi punto de vista, pues, hasta ahora, los líderes políticos ven entorpecidos su voluntad y esfuerzos por mejorar la calidad de vida de los chilenos, principalmente por la acción de ciertos resquicios de limitados cerebrales que también tienen un lugar en ese olimpo del poder.

¿Por qué lo digo? Cuando inicié este blog, comenté el tema de los carritos azules que adornan las calles del centro de Antofagasta. No soy el único que piensa lo que en esa oportunidad expresé, puesto que un “prestigioso medio local” – así me enseñaron a nombrar a un diario, canal de televisión o radio cuando no quiero dar a conocer su nombre – publicó una carta de uno de sus lectores, quien aludía al mismo punto que ataque en aquella oportunidad.

Cabe de cajón que todo sigue igual, porque me parece que los diarios son poco leídos o solo revisan las noticias que tienen un título bonito aludiendo a la inauguración de alguna multicancha o sede social, lo cual no es malo pero también hay que preocuparse de toda la población y no solo de una francción.

Al final... se lo llevó no más

Un día viernes 12 de agosto, me enteré por las noticias de una impactante declaración del señor Daniel Adaro, Alcalde de Antofagasta, que se resume en el pago de los sueldos adeudados al personal que controla las cámaras de televigilancia instaladas en el centro de la ciudad y con ello, se saldó el compromiso asumido por la autoridad.

Me refiero a lo siguiente: la alcaldía paso los dineros suficientes para cancelar los sueldos de esos trabajadores hasta que culmine este año y saldó lo que estaba pendiente (3 meses). Claro esta que todo tuvo su “qué”: ya no se van a hacer cargo de cumplir con ese compromiso; o sea, arréglenselas y que otro les pague el trabajo.

Recuerdo que en el verano de 2003, un compañero de práctica entrevistó al Director de la Cámara de Comercio de Antofagasta y este le reveló una serie de irregularidades y desacuerdos entre las autoridades comunales y regionales en cuanto al tema de las cámaras de televigilancia, que era motivo de estudio de todas instituciones antes mencionadas. Por supuesto que nada salió publicado.

Ahora, Adaro no se hará responsable del compromiso de “mayor seguridad a las personas y la disminución de delincuentes en el centro de la ciudad”. Todo se fue a la misma mierda, porque el caballero no seguirá asumiendo esa tarea, que, por los acuerdos sostenidos en el momento de pactarse la instalación de dicho aparataje de vigiliancia, le corresponde a la Iluste Municipalidad de Antofagasta mantener saldada y al día.

Menos mal que tenemos un Intendente que se pone los pantalones y no se mete entre los matorrales para esconderse de ciertos problemas. También se agradece el hecho de tener autoridades comprometidas con esta y otras causas que afectan a gran parte de la población, porque si todo dependiera de la alcaldía, me imagino que esta ciudad sería la pobre del país.

Me pregunto por qué Adaro dijo que el fallecido edil antofagastino, Pedro Araya Ortiz, se robaba plata de la municipalidad, para qué causó tanto daño, por qué promtió tanto y nos quedamos todos barados en el famoso Verano Naranja – reflexionemos: Club de Deportes Antofagasta usa camiseta celeste con blanco, Cobreloa una naranja; el estadio Regional esta pintado con una tonalidad parecida al celeste y el Municipal de Calama de naranjo; los edificios de los colectivos tienen tonalidades verde clara, semejando el color del mar, y en Calama todo esta lleno de tierra lo que da un aspecto medio Naranja. ¿Será antofagastino Adaro? -, en el que se gastaron millonadas de pesos y lo espectacular duró una semana, después solo problemas porque hasta sus propios asesores (me refiero a los consejales) le pidieron rendición de cuentas y pucha que costó que las dieran a conocer.

¿Alguien sabe para quién trabaja?

A fin de cuentas, y como para redondear, las promesas de un candidato a la alcaldía se comienzan a desvanecer en el tiempo. La confianza, desde mi perspectiva, se comienza a evaporar, pensando solo en lso que votaron por él – cosa que jamás hubiese hecho de estar inscrito -. Creo que el tema de la vigilancia en el centro es un beneficio para todos y aquí no andamos buscando estrellas que brillen en el firmamento, porque, de hecho, así como que digamos erradicada la delincuencia no está y falta harto por hacer como para venir a escuchar las charlatanerias del edil antofagastino... ¡Mish!

Antes de tomar decisiones que afecten el funcionamiento de un servicio para la comunidad, hay que comenzar una serie de trámites que aseguren la continuidad de un sistema. Eso es lo que les enseñan a todos en cualquier universidad, colegio, escuela, centro de capacitación, casa, calle, etc.

Es muy fácil tirarle la pelota a Carabineros, si ya con todo lo que tienen que hacer para controlar a todos los animalitos están lo que es copados en recurso humano y económico, ahora el payaso del Alcalde quiere que sea la fuerza policial la que se haga cargo del “cachito” que está dejando.

La verdad es que da mucha pena ver como se pierden votos en gente como esa que está sentada ahora en el sillón municipal; también da lata saber que este episodio hace pender de un hilo al plan caudrante que, hasta la fecha, ha funcionado de “perilla” y los niveles de delincuencia se redujeron considerablemente, aunque no totalmente. Además, se comienzan a postergar los proyectos que suponían la instalción de nuevas cámaras de vigilancia en otros sectores de Antofagasta, como en la Avenida Brasil, un punto donde la delincuencia crece y el redoble de esfuerzos no ayudan a combatirla efectivamente.

Así es. Hasta diciembre están asegurados los sueldos del personal que controla las cámaras de vigilancia del centro de Antofagasta. Por supuesto, no hay sanción alguna para el señor Adaro por esta acción, ciertamente, deshonrosa y descabellada tomada hace ya un mes.

He de esperar que la Intendencia, a través de Jorge Molina y todos sus asesores, consigan los recursos que permitan la continuidad de este importante sistema de vigilancia y la implementación de otros puntos de la ciudad.
Capaz que para las próximas elecciones, la Municipalidad se haga cargo de un nuevo proyecto de vigilancia.

Fotos: Internet

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