Un viaje profundo, merodeando entre las tinieblas
Divagando entre el pensamiento y la realidad
Buscando explicaciones a los sin sentidos envueltos en papel celofan
Aceciendo en tiempos presentes que parecen futuros
Y no son más que pasados vestidos de negro y blanco
Como conjunción de ocaso y precipitación del cielo triste.
En una esquina, el ser pensativo en busca de aquel remosado verso de plata
Aquel que, alguna vez, brilló como oro en el cuello de los gallardos;
Entonces, y casi sin percibirlo, un destello del cielo
Avanicó los árboles que sembraban cierto temor en el alma
Una luz que parecía ser el foco llenó de sagaces centinelas refulgentes de paz
Así y todo, un caucásico color esfumaba a la valentía
La sembraba en el terror de una tierra marchita
Y la envolvía en una capa siniestra de silencio abrumador
Bañado por corrientes y oleajes teñidos de rojo.
Sin embargo, y muy a pesar del destino, su belleza vino a cubrir todo en rededor
Líneas pintadas por da Vinci quizás, o el lápiz de algún poeta incauto
Allí estaba, inmortalizada como la letra que teje sílabas y odas al viento
Acuarela después del temor del huracán
Dicipando las denizas que la lluvia virtió en cada surco, en cada yaga
Allí estaba su composición solemne
El canto emanado de las entrañas de la vida
La misma que se teje en su vientre y en su pintura.
La exitación apasiguó al morbo de una visión deleitada por acordes desnudos
Sí, fantasía de emulados recuerdos
Como si ellos quisieran jugar dentro de un frasco hermético
De modo tal, que solo el oxígeno sea parte del regalo celestial
Cuerpo que se unen sin el mayor sentido del sol
Sino, con la pequeña flor que nace para determinar el claustro de una unión
Onomatopeya del corazón sigiloso y apasiguado por la loca carrera de las manijas de aquel reloj
Insesante pero agudo canto de un fin común
Una historia sin aleatorias diferencias
Mas bien, con la pluma encadenada a la tinta que en sus curvas se yerguen
Fraguadas y enaltecidas en batallas de sueños interminablemente mágicos.
Disculpa, perdón, los pétalos callados del infinito aliado a tu nombre
Inundando los campos de una savia indiscutiblemente cercana
Como si fuesemos almas gemelas, aun sabiendo la diferencia de montañas escaladas
Y de aquellas peculiares tonadas que nos desvelan en noches de frío ártico;
Allí te veo, inmóvil ante la lente que nos junta en un astro común
Tú sabes de lo que hablo
De aquello impávido pero dulce como la miel que se repite en la poesía de algún demente y siniestro poseidón de alta mar
Capitán de deseos ocultos y sapiensa aun sin descubrir
Problema inconcluso, luz acallada en un rincón, línea cortada por un cuchillo universal.
En el oeste, donde calla el sol
Y la luz se transforma en olvido o en oscuridad romántica,
En un pequeño tramo de la relación entre padre e hijo
Donde el espíritu es nuestra señal y la santa es más bien un menjunge para la cita desconocida
Allí mismo donde pensamos ser uno y solo uno
Es el preciso instante para doblegar nuestra voluntad
El fuego que nos deja amarrados en un espacio
Nos permite disfrutar de la soledad y distancia de sabernos participes de un mismo deseo
Como luna de agosto o fiebre de la vereda anterior a la que pasaremos;
Somos componentes y somos carne
Unidos por la calidez de un sentimiento expresado en palabras
En instantes cuadrados o, quizás, detenidos en un momento
Que se debate en el claroscuro de nuestra sensible percepción de mundo
Allí donde somos y no somos
Donde se pierden las letras entre el vapor de la concepcíon
Y, afortunadamente, descubrí que estabas allí
Como una hoja o un pétalo sinfónico de almas incrustadas en el espacio
Dedicando cantos que, tal vez, tú no sepas comprender
Pues, ni yo sé la intencidad del gemido distante
Mas, nuestros dedos serán pinceles y diamantes
Para ojos que cultivan el mismo dilema del que soy testigo y protagonista...
¡Espera!
Si lo sabes, no ocupes tus deseos en adquirir un conocimiento acabado
Busca la misma pureza de la realidad que haz construido en un sitio de bastos templos
De piel y espíritu doblegados y sagaces descubridores;
No olvides que, en la misma esquina que nos conocimos
Mi alma estará perpetua en tu recuerdo y en el aire que respiras
Porque las historias no dejan en el paso algún rastro
Porque la espada ya incrustó su legado en mi pensar.
Solo tú, puramente y sacra esfinge,
Guarda este secreto porque es puro y santo
Como las manos que acarician mi cuerpo o como las fotos que guardan su seductor encuentro eterno
En el pensamiento o en esta placa del almidón;
Espero que lo entiendas... y el registro estará estampado en tu libertad y en la mia
En mi mente y en tu divino pasar elocuente...Escucha el silencio que te propone esta pintura misteriosa.
Fotos: S.C., Internet
miércoles, agosto 31, 2005
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