sábado, octubre 15, 2005

Arde Roma

Cuerpos disfrazados, apocalipsis en las calles. Vientos que eleven las llamas hasta los pies de Dios. Labios proféticos, dunas de azúcar escarchada, vertidas en cientos de fértiles campos impregnados de vanidad humeante de armonía y desesperación. Los llanos azabache vuelan entre el cielo y los hombros, dejando una estela humeda de vainilla y chocolate en la raíz del fuego, desbordando en un río cristalino y dual, magníficamente adornado por la fuente de agua forjada en las delicadas perlas de su cordillera.

©2005, Amaro Silveira
Foto: Kute

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