sábado, octubre 08, 2005

Laberintos y Tinieblas

ALICE IN CHAINS
MTV Unplugged
Sony Music
Grabado el 30 de Julio de 1996

Nutshell01
Brother02
No Excuses03
Sludge Factory04
Down in a Hole05
Angry Chair06
Rooster07
Got Me Wrong08
Heaven Beside You09
Would?10
Frogs11
Over Now12
Killer is Me13


Pocos músicos logran complementar tendencias en un solo plato. Una copa de vino que atraviesa las raíces del heavy metal y las codimenta con eslabones de perdición y depresión, como si una nebulosa gris transitará sobre su concepción musical y la despedasará en el subconciente, mientras su mensaje es saborewado por miles de oídos en el mundo, hasta nuestros días.

Alice In Chains fue una agrupación estadounidense que nace en 1987 en la ciudad de Seattle, cuna del movimiento Grunge, conformada por Layne Stanley, Jerry Cantrell, Mike Inez y Sean Kinney. Y digo “Fue” puesto que la muerte de Layne Stanley en 2002 marcó la decadencia de tan particular y monumental modelo musical, a sabiendas, por cierto, del interés de regresar a escena. Pero bien sabemos, por la experiencia de otras bandas, que el producto no se acercará a la savia emulada en cada pista y concierto.

Lo cierto es que Alice In Chains marcó una época con una sutileza musical perfectamente constituída y construída desde las tinieblas del miedo, la angustia y la depresión, siendo aquellas perlas los diamantes que hacen de este grupo irremplazable. La versatilidad de los pensamientos reunidos en sus partituras se manifiestan como un disparo al inframundo interno, a socabar cada uno de los sentimientos autodestructibles, permitiendo interiorizarte en una burbuja quizá, fuera de los límites de la misma realidad.

El miedo y la angustia transformados en una concepción artística, una matriz de empuje hacia nuevos horizontes, un salvo conducto a la maravilla de vivir en un mundo totalmente negro. Eso es lo que intenta describir Satanley y Cantrell en las letras de sus canciones.

Lo esencial es el revoloteo por condiciones total y absolutas de desgano, intentando dar a conocer que todo lo que nos pintan no siempre tiene un arco iris de fondo. Por ello, y a pesar de las corrientes que puedan pensar en la mediocridad de mostrar el mundo de la forma en que lo hace Alice In Chains, el contenido de las canciones son dignas y sacras melodías que penetran cada centímetro del cuerpo, abren yagas, te ahogan en la odiosidad de marcar el paso, algo que, supongo, fue lo que llevó a la muerte a Layne Stanley.

La riqueza de la música de Alice In Chains está presisamente en todo lo que emerge de lo oscuro, una esencia perdida por las luces de la ciudad, horizontes que preferimos guardar en un cubo de hielo y echarlas al olvido. De eso se nutre y con ello crecen, atraviesan el tiempo, nos hacen más nobles y discretos, son un oxígeno en la contaminación, un pulmón a los sentimientos recogidos y retenidos por quizá que tontería. Por eso digo que son pocos los artistas que logran la conjunción perfecta de las guitarras con un estilo de vida sumergido en aguas cubiertas por la noche.

El descaro de Alice In Chains es transformar lo más simple en algo complejo, indescriptible, indecifrable, notoriamente enfermo, pero mágico y dulce a la vez. La presentación realizada en los estudios de MTV congregó a trece de sus temas, los cuales fueron interpretados con una claridad y delicadeza muy bien afanada.

El sonido acústico de las guitarras y el bajo, mezclados con la candides de la percusión y complementados con la elocuencia, profundidad y misteriosa voz, hacen de este álbum el magis de Alice In Chains, una placa con la que alcanzan el olimpo de la vertiginosidad del contenido lírico de cada una de sus odas a la soledad y tristeza.

El espectro se abre con la interpretación de Nutshell, entre los aplausos y el griterío de la gente. La simetría del génesis de este compilado que atraviesa toda la historia musical de Alice In Chains hasta ese momento, nos sumerge en una biosfera parsimoniosa, una invitación a relajar el espíritu y descifrar el complejo sentido de la soledad y la lucha por conseguir alguna cima elevada en la vida.

Como si fuese poco ese atisbo de dolor, la siguiente pista te encuentra en el umbral de la lejanía, una distancia amparada bajo el sufrimiento de dejar ir a una persona entrañable, cercana, carne de tu carne. Brother busca abrir un espacio entre el orgullo y la magnificiencia de amar cuando el tiempo es paralelo entre dos almas.

Una de las canciones más conocidas del cuarteto de Seattle es No Excuses, en la que se dibujan los trazos de una experiencia total y absolutamente rutinaria. Buscando en un baúl los motivos para no encontrar colores en el cielo y dejar la libertad de la felicidad en manos de las circunstancias, es un estigma que se concentra en esta canción con un ritmo algo más alentador, pero guardando la agonía en la esencia de su letra.

Sludge Factory es el reproche contra el sistema, una visión penetrante que elude el insulto y la caricaturización de las personas solo por ciertas condiciones sociales o psicomotrices. Puede ser que su raíz se desvíe hacia otros elementos de la naturaleza humana, a un camino que busca respuestas de sobrevivencia, que busca levantarse de entre los trigos secos de una sociedad con gente desalmada y puerca.

En todo caso, nada puede compararse al abismo que contiene Down In A Hole, por la concepción de ella y la crudeza de su materia lírica. La caída sin final, la vertiginosa carrera hacia las tinieblas, hacia una impavidez incontrolable, el escondite de la luz y la vida son reflejos enceguecedores, fulminantes y adictivos, una oda a la perdición del espíritu.

Esta magnífica reunión de conceptos unidos por el dolor no marca un paso rutinario. Una metamorfosis de sonidos se produce con la interpretación de Angry Chair, que, aun conservando el tono grave y taciturno, permite una introspección hací ciertos sentimientos de rabia contra circunstancias y personas, similar a los que sucede con Sludge Factory. Una reprimenda a algún eslabón diabólico que hace de la vida una verdadera tragedia.

Para calmar los agitados ánimos, Rooster vuelve al desmoronamiento del reino personal, un viaje profundo hacia un dolor agobiante, como una aguja clavando la carne, un malestar que no permite desviar la vista hacia una visión optimista de la vida.

La calle negra expresada por Alice In Chains toma un curso un tanto más metalero, con la interpretación de Got Me Wrong. El ritmo cardíaco se acelera con los sones, el poder de la música te envuelve en una dimensión paralela que deambula entre el reproche íntimo y las explicaciones del por qué no puedes ser mejor de lo que está frente a un espejo.

Y, sí, el estilo es más fuerte, más heavy. Una suerte de paradoja de toda la oscuridad vertida en el papel, se transforma en Heaven Beside You, un complejo conjunto de estrofas que mezclan la experiencia con la idea de evitar el dolor a otros. Algo parecido melódicamente pero volcado hacia los deseos de explicar la verdadera condición, es el raudo presentado en Would?, continuando una senda ya explicada a través de los párrafos de este honor a Alice In Chains.

Las últimas tres canciones vienen a condensar la temática nutrida durante cerca de 66 minutos de trabajo en escena. Frogs es una balada (no es literal el término) a un amigo de quien buscamos la certeza que es tal y que busca un ocaso paralelo en la vida.

Over Now busca la vivez de un momento que termina y que tiene ciertos ritos, experiencias, que son el alma de la existencia, pero que, como todo, llega a su fin y debe ser fruto de reflexión, entrega, nutrir el espíritu y asumir el punto que cierra una historia. Por último, Killer Is Me, como su nombre lo dice, es una oda a la mente enferma, que busca un destino, que quiere encontrar agua en el camino sofocante, y las respuestas se van dando a la inversa, en soluciones fáciles, en un dejar ser, avanzar por osmosis, querer arrancar, llenar la hoja con tinta roja y clavar el punto final; pareciera ser que con ello explica un estilo de vida que se marca en un simple Carpe Diem.

El punto exacto de Alice In Chains no sólo es el sentido melodramático de sus letras y música, creo que el horizonte es aun más profundo, una concepción que se nutre de lo básico de las guitarras y la percusión para emular obras maestras, de una delicadez siniestra, poco convencional.

El misterio de la raíz de las melodías, del lugar donde fueron concebidas es, a simple vista, un estado emocional perturbado por el desánimo y la oscuridad en la que se encuentra sumida una persona. Si vamos un paso más allá, la indescriptible visión de perdición y perfección se conjugan en notas y mensajes mucho más avasalladores y golpeadores, simétricamente encapsulados en las pistas que escuhan; es decir, no hay que tapar el sol con un dedo.

Lo lamentable de todo es la partida de un genio y la disolución de una de las bandas con contenido emotivo digno de reconocimiento y culto eterno, que logró “hacer del miedo y la angustia una forma de arte”. No teman a escuchar su música.
Destacados: Nutshell, No Excuses, Sludge Factory, Got Me Wrong, Heaven Beside You, Would?, Over Now.

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We Die Young EP (1990)
Facelift (1990)
Dirt (1992)
Sap EP (1992)
Jar of Flies (1994)
Alice In Chains (1995)
Unplugged (1996)
Nothing Safe (1999)
Music Bank (1999)
Live (2000)
Greatest Hits (2001)

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