lunes, octubre 10, 2005

A Buen Entendedor, Pocas Palabras

Quien vive en aislamiento, y querría, no obstante, de vez en cuando integrarse; quien en razón de los cambios de las horas del día, del clima, de las relaciones profesionales, o de cosas por el estilo, querría sin más ni más ver un brazo cualquiera al que poder agarrarse, no va a poder aguantar mucho tiempo sin una ventana a la calle. Y lo que sucede con él es que no busca absolutamente nada, y, como hombre cansado que es, pase a su mirada, apoyado contra el antepecho de su ventana, entre la gente y el cielo; y no quiere nada, y tiene la cabeza un poco echada atrás; así y todo, los caballos abajo lo arrastran consigo en su séquito de coches y ruido, y así, finalmente, en la comunidad de los hombres.
(La Ventana a la Calle, Franz Kafka).

Sin embargo, hemos vuelto al principio; después de mucho recorrer lecturas interminables y diálogos por momentos incomprensibles, el señor Franz Kafka nos envuelve en su escaramuza de talento, como rodeándonos con una nube y adentrándonos en los confines de su maravillosa literatura.

Puede ser que peque al decir “maravillosa lectura”. Quizá, para los tantos que no han tenido la oportunidad de saborear los párrafos de la obra del escritor judío checoslovaco, es una expresión algo precipitada para dar un calificativo a Kafka. Entonces, es menester que repasemos su biografía, de modo tal que quedemos en buen pie para cortejar a la novela “El Proceso”, el hito más reconocido de este particular autor.

Albor

Franz Kafka nació el 3 de julio de 1883 en Praga, urbe que pertenecía al imperio Austro – Húngaro. Hijo de una familia de clase media, de una minoría judía de lengua alemana, idioma que utilizará más tarde para contar historias desgarradoras de opresión y angustia, adelantándose a los sucesos que se escribirían en los anales del Siglo XX.

Su padre era comerciante, y de allí su procedencia (la que explicaba anteriormente), fue una figura dominante en la vida de Kafka. Su influencia impregnó de sentimiento la literatura que se gestaría con el tiempo en Franz; además, fue un personaje que agobió la existencia de Kafka, otro factor que entra a predominar las novelas del literato.

Vivió con su familia la mayor parte de su vida; no llegó a consagrar el vinculo matrimonial, mas estuvo comprometido en dos ocasiones. Una de las mujeres que acompañó a Kafka entre 1912 y 1917 fue Felice Bauer, joven alemana a la que se puede analizar en Cartas a Felice.

En 1906, a los 23 años de edad, Kafka obtiene su título de Doctor en Derecho, y a pesar de este grado académico, solo consiguió trabajo en una compañía de seguros; luego tendría que abandonar sus funciones debido a una tuberculosis. Su genio literario se manifiesta a través del tiempo, escribiendo variados textos en los que aborda temas que aquejan a aquel segmento de la sociedad que tenía, a contrapie, todas las posibilidades de optar a un trato justo de parte de las altas esferas de la sociedad. En su literatura vislumbra todo un preámbulo de lo que serán los grandes genocidio y guerras que aquejarán al mundo.

Poseía un estilo retórico elevado, inmiscuyéndose con gran agilidad en la complejidad de la evolución psicológica del hombre. Esto, debido a la dificultosa maraña de ideas que se tejen en cada texto de Kafka, acudiendo a palabras simples que vuelven la lectura dinámica pero con ese toque sutil de dificultad que, durante muchos pasajes, puede llevar a la complejidad y el conflicto con el argumento.

Sin embargo, no crea usted que Kafka era un tipo amargado, angustiado y triste, como se le ha catapultado legendriamente, es una leyenda incierta acerca de este escritor. Muy por el contrario, Franz era una persona alegre, bromista, cordial y profundamente comunicativo; y ha de serlo, porque su propia profesión le exigía el uso indiscriminado del vocabulario, en pro de las causas que debía defender. Así, los más cercanos a él lo describen como un hombre dueño de una vigorosa alegría de vivir y un luchador, ya que enfrentó con mucha fuerza interior las angustias que le traía su familia.

A pesar de contar con esas virtudes, escasas en este tiempo por lo demás, Franz Kafka muere joven, un 3 de julio de 1924 a los 41 años de edad. Su deceso se produjo en el sanatorio de Kierling, cerca de Viena, consecuencia de una tuberculosis que lo tuvo a mal traer desde 1919, fecha en que dejó su trabajo. Curiosamente, la fecha de su fallecimiento data el mismo día en que se recibió de Doctor en Derecho.

Vástagos Ocultos... Confesiones Secretas

Kafka está considerado como uno de los grandes exponentes de la literatura moderna, demostrado en el uso del término “kafkiano” para describir situaciones sociales grotescas o angustiosas; a través de su peculiar arte logró elevarse como una figura dentro del espectro novelístico, a pesar de haber alcanzado dicho reconocimiento después de su muerte.

De hecho, Kafka escribía para sí sin el afán de darse a conocer a través de este talento, ya que buscaba la autorealización plena; su obra será conocida al finalizar la Segunda Guerra Mundial después que su amigo y biógrafo, el escritor austríaco Max Brod, desobedeciendo las indicaciones del escritor de destruir todas las copias de sus novelas, publicó sus obras maestras dando a conocer su profunda y gran labor literaria.

Los temas que reinaban el subconsciente de Kafka que se iban transcribiendo en el papel, tenían directa relación con su desenvolvimiento en la sociedad con la que convivía; por ello es menester decir que destacó la soledad, la frustración y la angustia del hombre que enfrenta a las fuerzas de lo desconocido, lo incomprensible y que se haya fuera de su control. Adentrándonos en la técnica de su creación, cultivó el expresionismo y el surrealismo, con características que se van desenvolviendo entre lo lúdico y lo irónico de Kafka, mezclándolo con toques de naturalidad, fantasía y realidad, ingredientes que hacen de su obra una puesta en escena claustrofóbica y fantasmal.

Los estudios que intentan explicar los misterios de la personalidad de Franz Kafka coinciden en que éste fue un escritor que superó su época y que la fuerza de su obra va más allá de las fronteras de este siglo, llegando a tacharlo como un verdadero visionario de la experiencia del hombre que enfrenta el mundo de nuestros días. Todo se basa en el profundo sentimiento de inseguridad y los temores que envolvían a su persona, tratando de espantar los demonios, espíritus y pesadillas que lo atormentaban a través de su genialidad literaria, la misma que lo llevó a destruir muchas de los escritos que había redactado.

Las Tinieblas y la Comunidad de los Hombres.

En este caminar por la literatura de Franz Kafka nos detenemos en un punto: El Proceso, escrito en 1914 y publicado en 1925, es un hito dentro de la literatura de este autor, desprendiéndose una serie de conflictos revestidos de tinieblas y sensibilidades dispersas entre los pasillos de cada página.

Un soliloquio a la crudeza de la soledad del hombre que se considera autosuficiente, que se ve inmiscuido en una prisión sin barras de hierro, sino aquella que sus propia conciencia construye a su alrededor. Este drama presenta a Joseph K., un empleado de alta jerarquía en un banco que lleva una vida de un hombre común y corriente pero que carga con el peso de tener un proceso a cuestas, aquel que le quitaba horas de sueño y lo introducía en la pesadilla en que se desenvuelve durante todo el aterrador paisaje que se deviene en su vida.

K. se encuentra indefenso ante la justicia que se presenta casi como un dios, puesto que se le haya omnipresente, sumado al hecho que todos lo conocen y saben de su proceso, debidamente oculto silenciado y delicadamente graficado en la vergüenza del protagonista ante cada incierta experiencia que le toca vivir. Desde el principio se manifiesta un estigma de perseguimiento, donde todo quien le conoce pareciera estar en complicidad con el proceso, ostigándolo, persiguiéndolo, observándolo.

El principio es tan abrupto como el final de la historia, que obviamente no develaré en este escrito. Sí en la génesis aparecen dos agentes que comunican a K. que está arrestado justo el día de su cumpleaños, no es menos confuso el hecho que dos agentes lleguen un año después para llevárselo nuevamente, cuando recién se comenzaban a vislumbrar algunos avances, menores por cierto, en su proceso. Y de ahí converge el descubrimiento de las sensaciones y la sensibilidad que permite comprender la lógica de los sentimientos humanos, llevándonos a un mundo confuso y debelador de la soledad que, muchas veces, siente el hombre

Este puzzle que desencadena Kafka, que parece una maraña de letras que se enlazan produciendo, ciertamente, una incomprensión de la lectura y de los hechos, viene a plasmar (tal cual lo hace una cámara fotográfica con lente convexa) la sociedad en su momento y como lo es actualmente; sin embargo, ese retrato es deformado hasta la consecución del absurdo que no deja de ser objetivo, es decir, obtiene de los elementos oníricos y de la fantasía inmortalizar la esencia del hombre, dejando en claro la virtud visionaria del autor.

Sin duda, El Proceso es una caja de sorpresas, un puzzle como lo mencionábamos antes, donde hay piezas y más piezas que se intentan encajar en una trama, en un hilo conductor, llevándonos a divagar entre lo real y lo absurdo, perdiéndonos en una selva amazónica hasta llegar a un final casi incomprensible y triste que deja al descubierto la imposibilidad del hombre de ser libre de sí mismo, semejando las características de la sociedad actual atada a su propio sistema, una visión presentada hace noventa años y que se materializa en el presente inmediato.

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Cartas a Felice
Fotos: kafka-franz.com

2 comentarios:

Alter Ego dijo...

Seemmeennntaalll .. gueno tu blog.. pero el artículo de Kafka es muy lardo digo yo??? Saludos del planeta C. quisiera pedirte como hiciste eso lo de las letras en movimiento y poner la foto... quiero actualizar mi blog... y sé que tu me puedes ayudar.. nos vemos...

C.

Anónimo dijo...

Congratulation, muy buena tu Pagina...
Siempre fue gusto leerte, bueno un beso cuidate mucho.

..."Y VUELA LEJOS, HOMBRE, QUE NADA SE INTERPONGA..."

By MakTub