sábado, octubre 15, 2005

Sueño Sonoro

Sonó el teléfono. Abrí la puerta y estaba envuelta en su transparente versatilidad, posada en un velo de canela. El aroma de su piel me elevó al altar de ensueño, su verbo encendió la inocencia y sumirada cándida se evaporó antes del último suspiro de la noche.



©2005, Amaro Silveira
Foto: Internet

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