jueves, octubre 06, 2005

Suave Adicción

Antes de perderse en el pasillo, miró hacia el sillón incrustado en una esquina. Su cuerpo estaba abrigado por una seda azabache y su espalda mostraba las líneas curtidas por manos sacras. Su cabello de miel giró entorno al fulgor de su cuello y su mano se abrió como el capullo de un flor fresca. Inmortalizada en ese secreto, un imán atrajo toda la inocencia hacia una dimensión indescriptible. Su mirada sedujo a la sorpresa y juntos desnudaron al verbo virgen en el altar de la pasión, donde cuerpo y alma se mezclaron en el sudor dulce de infantes fantasías.

© 2005 Amaro Silveira
Foto: Kute

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